miércoles, 13 de noviembre de 2013

Wall-e, el poder del sol y una sonrisa


Hoy llovía cuando me he levantado. No sé por qué extraña razón pero siento un mimetismo total con el tiempo atmosférico. Por suerte para mí, de momento, no vivo en un área geográfica donde el 90% del año llueva o esté nublado. Necesito el sol tanto como “Wall-e”, ese entrañable personaje de la película de Disney/Pixar, qué recargaba su energía exponiendo sus paneles fotovoltaicos a la luz solar y ¡ya está! ¡A continuar trabajando todo el día!

La primera media hora de la película es muda, hecho que ya pone en riesgo la pérdida de un buen porcentaje de audiencia, pero, a veces, los silencios, dicen mucho más que mil palabras. Este pequeño robot es todo un modelo de trabajo, inquietud, perseverancia, logro, esperanza y felicidad. No sabe que desde su pequeño rincón en el mundo, desde su pequeña parcela, puede conseguir grandes cambios. No hace mucho, una persona me animaba con una afirmación parecida, granito a granito se construye una montaña, bonito mensaje.

Wall-e, mi héroe de ficción, ayudará al mundo con dos grandes razones: el sol y el poder de su sonrisa. Yo creo en la influencia de ambas cosas. Entro en una oficina o establecimiento y lo primero que encuentro al llegar es una sonrisa sincera ¿qué siento y pienso? Lo más normal es, que por imitación tú sonrías también y, sin saberlo, sientas que ya de entrada, hay una predisposición de esa persona a atenderte, ayudarte y escucharte. Te sientes comprendida. Pero ¿y si es al contrario? ¿Y encima está lloviendo? ¡Uf! Se te hace cuesta arriba preguntar, comprender y pensar que estás siendo entendida. Y sin embargo ¿qué nos cuesta una sonrisa? Wall-e se pasa toda la película tratando de hacer sonreír a los demás y lo consigue con su actitud. "Al mal tiempo buena cara" explicaría bastante esta teoría mía, me hace pensar que no seremos los últimos en seguir transmitiendo esta enseñanza popular, que denota que antes que nosotros ya han sonreído muchos antes las adversidades.

La sonrisa crea una confianza mutua: yo te entiendo, tú me entiendes. No quiero la respuesta correcta, quiero tu apoyo, de modo que te levantarás de la mesa pensando que has sido escuchada, algo bastante necesario hoy en día. Con una sonrisa, además, estoy segura de que se consiguen muchas más cosas y dejamos una impresión a la persona mucho más positiva que con una actitud contraria. ¿De quién me voy a acordar antes? ¿De esa simpática y agradable persona que sonríe cuando me ve? ¿O de aquella otra a la que no he visto sonreír jamás? Bueno, si me acuerdo de ella es por lo contrario. La actitud de nuestro personaje en la película es admirable, no se rinde ante las dificultades, encuentra la colaboración para llegar a su objetivo y es el primero en entregarlo todo para conseguirlo, dando ejemplo a los demás de lo que es liderazgo.

El Sol es energía y ésta la necesitamos para seguir adelante, ahora más que nunca. Llevemos el sol por dentro, pero si ¡sale el sol!, sal a la calle, deja que te llene de luz, de claridad, de nuevas ganas de hacer, de optimismo y ¡vuelta a empezar! Ahora entiendo por qué en los países del norte de Europa, cuando luce el sol, las plazas y parques se llenan de personas tumbadas en busca del rayito mágico que les de vida.

De modo que, hoy, aunque llueva, voy a dibujar una sonrisa en mi cara, voy a volver a sentarme delante del ordenador, voy a volver a darle vueltas a esa idea de empresa, voy a volver a retomar el curso que dejé, voy a llamar a una amiga, para que cuando el sol brille pueda compartir con ella todos mis nuevos proyectos, porque es verdad, granito a granito se construye una montaña y en esto de emprender y buscar empleo, todo resulta más fácil si mientras lo hacemos sonreímos con el sol a la espalda.

@mariaj_munoz | Publicado en la Ruta del Empleo el 20 de Marzo de 2013

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